Baracoa recuerda la unión y ... África

Anonim

En la capital de chocolate de la isla libre, fui arrastrado en abril de 2008 Kuzina, invitó al Festival Gastronómico de la Cámara del famoso Postre. Llegamos, recordamos la infancia pionera. En la ciudad camina tranquilamente dos variedades de pesos: convertido y nacional. Para los turistas "étnicos", compre cigarrillos de alimentos, para "transformados", todo lo demás (zapatos de ropa, souvenirs, cosméticos), y exactamente recordando las boutiques "abedul". Los tiendas locales en las tiendas folclóricas son pagadas por tarjetas.

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El Malecón local no se puede distinguir del terraplén de las ciudades portuarias soviéticas. En las pistas se apresuran con un chillido, jugando bits de apresuramiento. Los abuelos bonitos están sentados en las tiendas Chinno, hablando de problemas domésticos. Detrás de los árboles se esconden en parejas de amor. La naturaleza alegre teñida de la ciudad es notable solo al atardecer, cuando los chicos con guitarras se aprietan al mar.

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Pero en la noche Baracoa hay algo aterrador-africano. En la oscuridad, la pareja comienza a realizar algunos bailes nativos, canciones de garganta con palabras inadvertidas. Esto se debe a que en Loman Francés nos explicó a un antiguo aborígido que los residentes de la ciudad son en su mayoría confesados ​​por Santeria, la religión que conectó el catolicismo y las creencias de Yoruba.

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